EL MUNDO
22 noviembre 2011
El sexo da felicidad
Laura Tardón
La sexualidad a edades avanzadas es un indicador de
felicidad. Según un estudio realizado con matrimonios mayores, aquellos que se
mantienen activos en sus relaciones íntimas se muestran más felices que los que
tienen un poco olvidada esta esfera.
Un
total de 238 individuos casados de más de 65 años respondieron a cuestiones del
tipo ¿Cuántas veces ha practicado sexo en los últimos 12 meses? Incluyendo como
tal sexo vaginal, anal y oral. Adrienne Jackson y su equipo descubrieron que la frecuencia era un
indicativo tanto de la felicidad en general como de la matrimonial, incluso
teniendo en cuenta otros factores como la edad, el género, el estado de salud y
la satisfacción por la situación financiera.
El
40% de los que no reportaban actividad sexual dijeron que eran muy felices con
su vida en general. El porcentaje entre los que sí se mantenían activos (más de
una vez al mes) ascendía al 60%.
Cuando
se les preguntaba por su matrimonio, la diferencia era más notable. El 59% del
grupo no activo sexualmente aseguraba ser muy feliz en pareja, frente al 80% de
los matrimonios que preservaban sus relaciones íntimas. Así lo refleja una
investigación presentada esta semana en Boston en el 64 congreso anual de la
Sociedad Gerontológica de América (GSA).
No
sólo se sienten más felices, "la percepción de su propia salud es
mejor", afirma Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de
Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de
Sexología.
Como
explica esta experta, las relaciones sexuales son una capacidad más de la
persona, al igual que el habla, la marcha, etc. "Si se dejan de usar, da
sensación de tener un problema, una enfermedad o algo anormal y esto influye en
la percepción de la propia salud". En definitiva, "la función hace al
órgano y hace que se sientan vivos".
El deseo sexual persiste tras los 70
No
hay muchos estudios que analicen estas cuestiones íntimas en la población
madura y por eso trabajos como el presentado en Boston ayudan a conocer mejor
esta faceta y su repercusión en la salud mental y física del individuo. Se
trata de "una franja de edad olvidada pero cada vez son más, se conservan
mejor, con más calidad de vida y más activos socialmente", reivindica
Molero.
Según
Jackson, "la relación entre sexo y felicidad
podría facilitar el diseño de intervenciones de salud sexual para mejorar la
calidad de vida de estas personas".
A
pesar de lo que la gente piensa, agrega la especialista española, "las
parejas estables de edad avanzada sí mantienen actividad sexual, siempre y
cuando su salud se lo permita (no estén encamados o tengan demencia, por
ejemplo)". Y quienes no tienen pareja, siguen teniendo deseo. El problema
es que persisten algunos sesgos como que la vida sexual se acaba en la madurez
y "no es cierto".
"Socialmente
no está aceptado que las mujeres y los hombres a partir de los 70 tengan
relaciones sexuales. Es más, cuando se quedan viudos o viudas, muchas veces es
la propia familia la que les dificulta encontrar una pareja, pero ellos siguen
enamorándose y teniendo deseo sexual", aclara Molero. Siguen teniendo sus
necesidades fisiológicas.